NIVEL DE DIFICULTAD: 2 de 5
AUTOR: Jose David
Características:
- 15 min
- 4 comensales
- 5€
- 400 kcal
Ingredientes para los Spaghetti aglio, olio e peperoncino:
- 1 diente de ajo
- 1 guindilla seca (también se puede usar fresca)
- 300 g de espaguetis
- 50 ml de aceite de oliva extra
- Sal
Elaboración
Los spaghetti aglio, olio e peperoncino (espaguetis con ajo, aceite y guindilla) son un clásico de la gastronomía italiana, se dice que originales de la región de Abruzzo.
Es una pasta bastante fácil de elaborar, además de ser muy económica. La razón de usar espaguetis es que la pasta se empape bien del aceite infusionado en ajo y guindilla. Cosa que no conseguiríamos del mismo modo con otro tipo de pasta más gruesa. No nos interesa un plato con un charco de aceite en el fondo sino que el aceite forme parte de la pasta.
Originalmente se dice que no se echa queso parmesano en la receta original. En este caso le hemos puesto porque nos encanta la combinación pero podéis omitirlo sin problemas.
Pasos a seguir:
1-. Poner agua con abundante sal a hervir. La cantidad de sal ideal es de 10 gramos por cada litro de agua. Aunque lo que nunca falla es directamente probar el agua hasta que esté en su punto. Es muy importante siempre cocinar la pasta con agua y sal, nunca con agua sola.
2-. Echar los espaguetis y cocinar según nos indique el fabricante de la pasta, suele ser entre 8 y 12 minutos. Lo que nunca falla es probar la pasta y dejarla como nos guste. Nosotros la cocinamos ligeramente “al dente” pero siempre tenemos que cocinar a nuestro gusto. Algo importante es que la pasta se seguirá cocinando ligeramente fuera del fuego por el calor acumulado. Con lo cual lo ideal es dejarla un poco más dura que como nos gusta para luego en el plato conseguir el punto perfecto.
3-. Mientras cocinamos la pasta, pelar el diente de ajo y cortarlo en láminas muy finas. Podemos ayudarnos de una mandolina.
4-. Partimos en dos la guindilla y le quitamos las semillas. Aquí depende del gusto del picante que queramos y podemos echar más o menos ya que el sabor casi no va a variar, solo el picante.
5-. Ponemos el aceite en una sartén, echamos el ajo en láminas y la guindilla, y partiendo del aceite frío ponemos a calentar a fuego medio. No queremos que se nos queme el ajo rápidamente sino que suelte su fragancia en el aceite, haciéndolo así también conseguiremos un ajo más crujiente.
6-. Cuando el ajo esté ligeramente dorado y crujiente lo retiramos del fuego y le ponemos una pizca de sal. Es importante no pasarse con el tostado del ajo ya que luego nos dará amargor.
7-. Escurrir la pasta y echarla en la sartén con el aceite, ajo y guindilla fuera del fuego. Remover bien el conjunto para que se integren los aceite con la pasta.
8-. Servir en un plato con parmesano rallado por encima